Por mucho que me haga daño, que me caiga, que llore, que desista, que grite de dolor, que sufra...
Por mucho que las palabras me desgarren el corazón o los mensajes me partan el alma.
Por mucho que vengas y me digas que ya no me quieres, que incluso has llegado a odiarme...
Por mucho que no quiera levantarme de la cama, que no tenga fuerzas, que las ojeras sean mi maquillaje o que las lágrimas mis mejores amigas..
Por mucho que el frío me hiele o que tus miradas me corten como cuchillos.
Por mucho que pase el tiempo y que los recuerdos se olviden, que la vejez aparezca o que se me humedezcan las mejillas, siempre sonreiré.
Una sonrisa es más bella si se esboza después de perder una batalla.
Y ese, será el mejor trofeo de todos, seguir levantando la cabeza y mirando al frente.
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