Cómo no me van a mirar.

Camino por las aceras
subida a los primeros tacones de mi vida,
con un bolso más roto que yo misma
y casi sola.

Me miraban.
Joder, claro que me miraban,
si era la cosa más insegura y torpe que caminaba por esas aceras,
si tenía en el rostro un nombre,
el tuyo.
Joder, si tenía encima la peor melancolía de mi vida
como no me iban a mirar,
si llevaba en la sonrisa el matiz de la tristeza
por no poder ir caminando contigo por la calle,
por no poder compartir paraguas,
por no poder beber chocolate en ese pequeño bar
que estaba llenísimo de gente
pero faltaba la persona más importante.
Tú.

Cómo no me van a mirar si falta un trozo de mi vida en mi vida.
Si me faltas tú.

2 comentarios:

  1. A veces caminamos ausentes de nosotros mismos pero no nos damos cuenta.
    Y esa soledad, esa falta propia, es el agujero más grande en el que vamos cayendo una y otra vez.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por eso, para evitar la caída, existen personas como tú.

      Feliz Navidad Oski.

      Eliminar