Y pensar que tus labios estaban en mi boca, y que aquello, sea lo que fuese, era mio.
Y pensar que tus besos, por muy pequeños que fuesen ,me pertenecían.
Y que tus ojos me miraban de una manera especial, sobrepasando los convencialismos o la rutina.
Que tus manos acariciaban mis mejillas delicadamente y que decías que era tuya esa línea que se dibujaba en mi boca.
Y pensar que le pertenecía a alguien, que ese alguien me quería.
Pero claro, pensar, tan sólo construir en el aire castillos que se van con un soplo de viento.
Por que ahora no me creo nada,
ni los días, ni las semanas, ni los meses,
ni las palabras, ni las miradas,
y ya, ni siquiera los "buenos días princesa"
Y no, no me creo nada de eso.
Lo siento, pero la mentira me tapa los ojos y me ciega el alma, me nubla los sentimientos y ya ni lloro.
Me doy cuenta de o que era aquello para mi, y de lo que era para tí, y a pesar de todo, la gran distancia que había entre esos dos puntos.
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