En un segundo.

En un segundo lo he comprendido todo. 
He entendido por primera vez en más de un año, eso que me dijeron una vez de "No lo entiendes. Necesito a alguien"
Lo he entendido.
Por que de repente, me he dado cuenta de que hay personas increíbles por las que vale la pena luchar, por las que valdría la pena arriesgarse otra vez, tirarse al vacío con los ojos cerrados, amar o cualquier otra forma de suicidio involuntario que se os ocurra.
Me he dado cuenta de que aún quedan personas por las que dar la vida y por las que valdrían la pena perder una y otra vez. 
Esos que están locos, que no siguen al resto pero que no se salen del camino. Que van en dirección contraria. Esos que aún saben lo que es la lírica, que pueden componer los versos más bonitos de toda la primavera, o esos que tienen la sonrisa más simple de la tierra, pero que te siguen desarmándote sin quererlo. 
Me he dado cuenta por primera vez en mucho tiempo de que, lo quiera o no, lo acepte o no, sí necesito a alguien en mi vida. 
Que también lloro, sufro y tiemblo, aunque intente ocultarlo. 
Que por culpa de un mal amor, me he vuelto demasiado sensible, demasiado triste y demasiado pesimista. 
Que por culpa de ese amor, sé lo que es amar y fingir hacerlo y también se lo que se disfruta creyendo esa mentira. 
No necesito ramos de veinte rosas cada aniversario, no necesito peluches de osos gigantes que no entren por la puerta, no necesito viajes, ni regalos cada mes, ni que me llamen princesa cada vez que quieran saber de mi. Ni siquiera lo quiero. 

Me basta con tirarme en el sofá y quedarme medio dormida mientras me abrazas. 
Tú puedes usar el móvil, puedes jugar a la play, puedes hablar con otra persona. Sólo necesito que me abraces y me dejes respirar pegada a tí. Sólo necesito que reconstruyas mis ruinas. 
Por que, aunque la mayor parte del tiempo lo evite y consiga desmentirlo, sigo destrozada. 
Me lo crea, o no. 

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