Qué valiente esa estrella capaz de enfrentarse con la luna por la inmensidad del cielo.
Qué valiente ese planeta que se mueve tan cerca del sol, pero sin miedo a quemarse.
Qué valiente el primer búho que suena en la noche.
Qué valientes los pajaritos, que sin clases previas, se lanzan al vacío para poner su vida en juego. Volar o morir.
Qué valiente esa primera lágrima que rueda por tu mejilla, que se atreve a desafiar esas ganas que tienes de contenerlas.
Qué valiente el pescador que se adentra en el océano.
Qué valiente la persona que se enfrenta consigo misma, y que después de miles de batallas, llega al final de la guerra ondeando la bandera de la victoria.
Qué valientes aquellos que se atreven a luchar por un país, contra un ejercito, tan solo armado con rifles que pueden no salvar sus propias vidas.
Qué valiente el que se enfrenta día a día con el espejo, y no le gusta lo que ve, pero que aún así, sigue sonriendo.
Qué valiente el que no tiene razones para vivir, pero que sigue aquí, mirando el cielo cada nuevo amanecer.
Qué valiente tú, que te atreviste a meterte en mi corazón sin previo aviso.
Qué valiente yo, que te dejé entrar, sin oposición ni barreras.
Qué valientes nosotros, que nos embarcamos en algo que no sabíamos si tenía final.
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