Las palabras me faltan, y a la vez me sobran, por que no tengo ni puta idea de como expresarme para que puedas entenderme, para que sepas qué es lo que tengo encerrado entre las costillas.
Puede que esas palabras me ayudasen a comprenderme a mí misma, y ser capaz de definir en las lineas de una libreta los sentimientos que se esconden en cada poro de mi piel.
Todo, en conjunto me causa miedo, realmente terror por ser desconocido, y por no poder averiguar que se colorea detrás de esa tinta opaca que lo cubre todo.
No quería cambiar. No quería cambiar mi vida, ni mi ser, ni mis sentimientos, ni los labios que besaba. Pero alguien, sin querer, se llevó mis esquemas con un leve soplo e hizo que todas esas cosas cambiasen.
Alomejor eso es lo que falla, y ese aire inesperado me ha dejado tan desnuda, que apenas tengo manos con las que taparme las lágrimas.
Alomejor, esas palabras que me faltan son las que esperaba de tí, y las que me sobran, son las que tenía guardadas para alguna conversación intrandescente entre tú y yo.
No sé quien soy, qué siento, qué hago, o a donde lleva todo esto. El camino se está enredando demasiado, y mientras yo lo recorro, muchos otros se cruzan en mi camino. De alguna manera, siempre acabo pegándoles una bofetada y dejándoles las mejillas enrojecidas.
No necesito un final. Necesito un punto y seguido para parar, pensar lo que estoy haciendo, y seguir con la cabeza alta e inspirando todo el aire que mis pulmones necesitan.
Qué pena que los puntos y seguido aún no existan en mi vida. Me bastarán las comas para coger aire.
No hay comentarios:
Publicar un comentario