~Todo cambiará~

Hoy me he puesto medio tonta y he pensado en mi futuro.
No me refiero al futuro académico de siempre, ese que tanto nos preocupa a los estudiantes y en el que todo el mundo parece saber lo que hay que hacer menos nosotros mismos.

Me refiero a mi vida.
Dentro de dos semanas dejaré el instituto en el que llevo cuatro años y no sé que pensar. He vivido de todo allí dentro. He llorado, reído, gritado y sufrido. He conocido a mi primer amor y a personas que me sujetan cuando me caigo.

He pasado por delante del edificio de color crema mientras iba en autobús a mi casa. Ese que a día de hoy es mi instituto. El año que viene pasaré por allí y no podré decir lo mismo. Y eso es triste, muy triste.
Por otro lado, pienso en mi casa.
En algún momento tendré que irme de lo que hasta ahora ha sido mi hogar. Dejaré mi cama, mi cuarto, mis estanterías, la ventana que tanto me gusta y el pequeño escritorio en el que apenas me caben los libros.
Los posters se quedarán ahí como recuerdos de mi adolescencia, y mi cómoda, mis armarios escritos y todo lo que hay dentro permanecerá en el mismo lugar.
Yo me iré, haré mi nueva vida en una nueva casa con una nueva habitación, y nada será lo mismo.

Si yo siento esto, no me quiero imaginar a las personas que lo pierden todo en un incendio.

También me iré de mi pueblo, ese que apenas he pisado en todos estos años por que soy una chica de centro.
Bueno, "centro" si lo puedo llamar así.
Ya no será lo mismo por que no bajaré todos los viernes a patinar desafiando a la policía, no veré a las mismas personas, ni las mismas macetas enormes de colores que hay por toda la calle.
La parada de autobús seguirá ahí, pero yo me habré ido. El tren vendrá y se irá, los taxistas irán cambiando de caras y las tiendas cerraran para que se abran otras nuevas.

Si me voy, puede que a la vuelta el polideportivo, el Burger King, la plaza de toros o el parque no estén en el mismo sitio.
Todo será distinto, por mucho que yo siga siendo la misma.