~Después de un año~

Hace mucho tiempo que no hablo de él.

No sé si os habéis dado cuenta pero ya no le escribo como si me estuviese leyendo, por que sé perfectamente que no lo hace. (Al menos, quiero pensarlo)

Tres días atrás, hubiésemos hecho un año.
Un jodido año juntos. 365 días y millones de horas, minutos y segundos de mi vida compartidos con alguien.

No me voy a poner a contaros cuanto le quise y cuanto lo eché de menos por que cualquiera que haya pasado por una relación intensa y una ruptura aún peor, lo sabe.
No es cuestión que venga yo ahora a ahogaros en toda esa basura de asquerosos sentimientos y penas que tuve en su momento dentro.

Es cierto que me enamoré en muy poco tiempo y de una manera demasiado intensa para lo pequeña que soy/era.
Llega un momento en el que te entregas de tal manera que no te das cuenta de lo que realmente pasa.
No eres consciente de que la otra persona está hecha mierda, de que ya no te necesita, de que está mejor sólo y prefiere dejarlo.
O simplemente, no te das cuenta por que no te da motivos para hacerlo.

Y luego llega la bajada, la cuesta abajo sin frenos, los adoquines mal puestos, los resbalones, los tropezones y todas las caídas que arrastran tus rodillas magulladas. En ese momento, maduras. Te das cuenta que la vida no es siempre como la cuentan en las películas ni en los libros.
Que jamás va a llegar tu príncipe azul a la puerta, que puede que te hayas enamorado del mismo príncipe que otra y que ese hijo de puta la prefiera a ella antes que a ti. Te das cuenta que las nubes solo son rosas cuando amanece, y que los ángeles no lloran cuando llueve sino que mean. Empiezas a ser consciente de que tu corazón, más muerto que vivo, se convierte en el único tesoro que puedes guardar bajo llave. Y te tienes que tragar la puta llave, aunque te ahogues en el intento.

Y después de todo, levantas la cabeza con las lágrimas en los ojos pero sonriendo.
Por que no hay ningún motivo para abandonar eso que llaman vida, ni para bajarte del tren, ni para ponerle un atentado al avión en el que vuelas.
Por que no hay ningún motivo para dejar de intentarlo.

2 comentarios:

  1. Duele amar, pero peor es no haber amado nunca.

    Creo que llega un momento en que todo se coloca en su lugar y entonces comprenderemos los porqués de ciertas cosas...o al menos les buscaremos una explicación que ponga paz a las guerras.

    Un abrazote enorme.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo prefiero todo ordenador en un precioso caos. Si se ponen en su lugar, jamás volverán a moverse.

      Eliminar