Tenemos que hablar

Tenemos que hablar. 

Tenemos que hablar del mundo, 
de las personas, 
de nosotros. 

Tenemos que hablar de las cosas insignificantes, 
de las significativas, 
de las emociones, 
de los segundos en los que hemos estado a punto de llorar, 
de los abrazos que necesitábamos. 

Tenemos que hablar de los planes de futuro, 
de la vida que queremos, 
de lo que queremos alcanzar, 
de las victorias que hemos conseguido, 
de la risa, 
de tu risa, 
de tu voz acompañada de tu risa. 

Tenemos que hablar de los amaneceres que he visto todas las mañanas buscándote en el cielo, 
de los paseos que he dado pensándote, 
de las noches en las que me faltabas, 
de las horas, 
los minutos
y los segundos
en los que te buscaba y acababa encontrándote. 

Tenemos que hablar de la vida, 
del miedo, 
de la frustración, 
de los días y las noches, 
de sexo,
de comida, 
de familia, 
de corrupción y crisis. 

Tenemos que hablar, 
de lo que sea, 
pero tenemos que hablar. 















En qué triste momento se ha convertido el deseo de hablar en algo negativo.  

3 comentarios:

  1. Alguien me dijo una vez que hablar alarga la vida. Y ojalá habláramos más de todo.

    Salud.

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    Respuestas
    1. Estamos destruyendo el diálogo.
      Hablar ahora es gritar, estar por encima del otro, imponer nuestra opinión y quedarnos encerrados en nuestros ideales.
      Hablar ya no es hablar.
      Por eso digo que tenemos que hablar.


      ¿Entiendes?

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    2. Hablar sin miedo a lo que el otro exponga y sin miedo a exponer tampoco, hablar desde la calma y aceptando que tal vez, no haya un único punto de vista, en definitiva construir diálogo.

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