beso.
Cada día me pregunto
dónde
estarás cuando te pienso.
Finges una sonrisa que
germina en tus labios,
hermética, de hielo,
inaccesible, que
juega a ser un
kilómetro más entre nosotros dos.
Lamiendo nuestras heridas y curando
meticulosamente todos los daños, nos abrazamos como dos
ninfómanos, como dos sombras
ñ
obscenas que se solazan.
Palpamos la piel del otro como si fuese la nuestra propia.
Qué sería de esta
radiante escena,
sin tus caricias
taladrando mis lunares.
Usted, que ha
vaciado mis miedos y me ha llenado las copas del
whisky más intenso jamás probado.
x
Ya no queda nada,
zambúllete en los sueños de una noche de tormenta y espérame tumbado.
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