Una soledad camaleónica

Es entonces cuando cierras los ojos y notas que la decepción se ha sentado con las piernas cruzadas en tu estómago,
y está decidida a quedarse durante unos días.
Es entonces cuando cierras los ojos y dices "a ver si aprendo de una puta vez qué es la vida".
Y es entonces cuando lloras,
por dentro y por fuera.

Lloras y la soledad viene a consolarte,
con la palmaditas en la espalda,
con el abrazo que te falta,
con el "todo va a ir bien" que mezcla más mentiras que verdades.

Llega y cumple el papel de madre, de novio y de amiga. La soledad es así de camaleónica.

Creo que masturbarse es una manera de hacerle el amor a tu propia soledad,
pero hoy solo tengo ganas de llorar esperando que me abracen.



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