~Duele demasiado, y durante demasiado tiempo~

Como duele amar, ¿verdad?

El amor viene, llega. Te saca preciosa sonrisas, carcajadas que endulzan el aire, miradas fugaces que duran segundos. Luego vienen los besos que te dejan un buen sabor de boca, las caricias en la espalda, los mordiscos de los labios, las conversaciones que transforman los lunes en sábados, y la madrugada en medianoche.
Se convierte en un echar de menos continuo, en sufrir cada día por que los minutos no pasan lo suficientemente rápido, correr para alcanzar a verle durante unas efímeras horas en las que se basa la relación.
Llegar a la cima con un beso suyo.
En ese momento, tu paraíso se encuentra entre sus brazos, el placer escondido en el reverso de sus labios, los "te quiero" en la punta de la lengua. Nada se compara con su sabor. Nada puede llegar al escalón en el que tú lo posicionas. Es el amor de tu vida, es con quien compartiría lo que te queda de existencia.
Se ha convertido en tu mundo, por lo que respiras, por lo que te levantas día a día, por lo que lloras de felicidad, por lo que sonríes, gritas, gimes, saltas y corres. Por lo que esperas que las horas sucedan con rapidez. Es él por lo que estás respirando.

Pero se te acaba la bomba de oxígeno. El almacén de las sonrisas queda vacío, las carcajadas ya no suenan. Los "te quiero" los encarcelas, las horas se atrancan, al igual que los gemidos, las palabras y las frases que tenías guardadas para él y de un día para otro, mueren en la garganta, justo antes del nudo que se te crea al recordarle. Todo se queda al borde de los labios.
Las ideas se desvanecen, te falta el aire. El cielo ya no es lo bastante azul, ni los campos lo suficientemente grandes, ni verdes, ni bonitos. Los días son demasiado largos, las noches se convierten en confesiones con la almohada en las cuales sólo hablan las lágrimas.
Todo se torna oscuro y sin vida, todo acaba, todo te hace llorar, incluso el mínimo atisbo de sentimiento.
Todo lo comparado con él queda desechado.
Se rompe el mundo, se resquebraja, se deshace, se cae.
Todo termina y te das cuenta de lo corto que fue el tiempo que estuviste con él comparado con la vida que esperabas, y lo que darías por repetir cada segundo de nuevo.

Y luego, cuando pasas la vida como si nunca hubieses nacido, te das cuenta que sigues enamorada de él.
Que las lágrimas siguen amenazando con caer, que te aterra la idea de que otra esté tocando el paraíso del que tu eras dueña entre sus brazos.
De repente te da por mirar su perfil, sus fotos, por pensar en él, por imaginar como hubiesen sido las cosas si no hubieses reaccionado de esa manera, si hubieses luchado por lo que querías.
¿Que hubiese pasado al arriesgar? ¿Y si hubieses apostado al todo o nada? ¿Que habría pasado si sacases las uñas, los dientes y todas tus armas por lo que amas?


7 comentarios:

  1. Creo que en el amor hay que jugársela. Es mejor arrepentirse de lo que se ha hecho que de lo que se ha dejado por hacer. Tu comentario me ha animado muchísimo, te lo agradezco un montón.

    Un texto realmente bueno, chica. A veces se necesita reflexionar y creo que consigues que lo hagamos.

    Un abrazo :)

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    1. Muchísimas gracias cielo.
      Estamos para levantarnos unos a otros en esto a lo que llaman escritura.
      Saluditos.

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  2. Muy bonita y tristemente cierta entrada, el amor tiene esas dos caras. Un saludo.

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  3. Levántate y sal de ese "mundo oscuro", ánimo. Y nunca dejes de escribir, un abrazo.

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    1. Muchas gracias cielo, seas quien seas. Cada día levanto un poco más la cabeza, y eso ya es un logro.
      No creo que deje de escribir en algún punto de mi vida. Si es así, mátame por favor.
      Saludos.

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  4. Eso es lo que importa realmente, que cada día levantes poco a poco, y cuando mires al frente decidida, tropezaras con la persona que has estado buscando y necesitando toda la vida.

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