Coincidencias de cuatro días.

No dejo de escuchar canciones tristes
mientras te envío mensajes que no van a tener respuesta,
mientas deliro en los versos más rotos de mi poesía,
mientras las lágrimas arrastran maquillaje
y ese nudo en la garganta se hace enorme.

Llevo cuatro días sin hablar contigo,
sin llamarte ni que me llames.
Cuatro días,
que son 96 horas,
que son 5.760 minutos
y no sé cuantos segundos de desesperación.

Cualquiera diría que estoy borracha de ti.

Creo que ahora el tema principal de mi vida eres tú,
y ni me llamas,
ni me escribes,
ni me lees.
Joder, esto si que es un amor imposible.
Aun que ya no sé si es imposible por mi,
por ti,
o por los dos.

Llevo cuatro días
queriendo quedarme en la cama,
amado más mi almohada que el reflejo del espejo,
deseando que llegue la noche
y temiendo a la mañana.

Anda, mira que coincidencia.
Cuatro días, los mismos que llevo sin escucharte.

Volviendo a lo de las canciones tristes,
Ed Sheeran no deja de sonar
y no sé si soy yo o él, pero algo me empuja a llorar como una incomprendida,
como si mi mundo se redujese a esos cuatro días que llevo sin hablar conmigo
a esos cuatro días que recibo más abrazos de mi almohada que de la gente que tengo alrededor.

Cualquiera diría que estoy borracha de tí,
que te echo de menos
y que quiero que te quedes conmigo.

2 comentarios:

  1. Cuando nos emborrachamos de esta forma, cualquier día sin noticias es casi una catástrofe. Al final hay que aceptar que amar a alguien es algo más que saber en todo momento donde para y lo que está haciendo. Es algo que se aprende con el tiempo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy totalmente de acuerdo contigo. De hecho lo he mencionado otras veces.
      Pero creo que entre querer saber dónde está en cada momento, y querer saber de él después de cuatro días, hay diferencia.

      Eliminar