Atte, Celia.

Querida Navidad:

Este año he sido medio buena con la vida, aunque la suerte ha parecido desaparecer casi del todo. Solo me queda un rayito de buena suerte que veo todos los días y tiene los labios sabor café.
Creo que eso ha sido lo único (realmente) bueno de este año.
Casi todo lo demás han sido caídas y recaídas, ciclos y círculos interminables, agobios, estrés y soledad. Mucha soledad.
Navidad, sé que eres una fiesta religiosa y yo odio la religión, pero creo que tienes algo más. Las luces de Málaga no son religión, son una bóveda brillante que no diferencia el día de la noche.Ver a mi abuela en estas fechas no es religión, la lluvia y las luces de mi árbol no son religión.
Mi árbol de navidad está precioso este año. Hoy le he dicho a mi hermano que al lado de nuestro abeto nada puede hacerle daño, ningún monstruo se le acercaría al estar protegido por la magia de la Navidad, tu magia. Te lo cuento para que veas que sigo creyendo en algo, aunque lleve por bandera una sola creencia; sus ojos.
El caso que este año vengo a pedirte algo bastante complicado. Puede que no esté en tu mano pero seguro que de alguna u otra manera puedes ayudarme a conseguirlo.
Estas navidades pido una vida a su lado.
Ya lo decía Nach, el éxito es 99% trabajo y 1% suerte. Espero que me des esa suerte que necesito para que no se vaya, por favor.

Atentamente y casi llorando, Celia

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. No, no, no. La clave es estar casi llorando. A punto de caer pero nunca cayendo.

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  2. Hoy solo te puedo dejar un abrazo enorme. O todos los que necesites.

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